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¿Qué es el ladrillo caravista y cuál es su proceso constructivo?


Publicado: 19/09/2024
¿Qué es el ladrillo caravista y cuál es su proceso constructivo?

El ladrillo caravista es un tipo de ladrillo diseñado para quedar expuesto en las fachadas o paredes sin necesidad de ser recubierto con otro material, como el revoque o pintura. Se utiliza tanto por su estética como por su resistencia. Este ladrillo ofrece una apariencia atractiva con acabados limpios y uniformes, por lo que es muy común en construcciones donde se busca un estilo rústico o moderno con un acabado natural.

Características del Ladrillo Caravista:

Estética: Tiene un acabado más fino y pulido que los ladrillos comunes, con una textura más uniforme y una coloración más regular. Existen en diferentes colores, generalmente tonos de rojizos, amarillos y marrones.

Durabilidad: Es resistente a la intemperie, por lo que se utiliza en fachadas exteriores. Está fabricado con arcillas de alta calidad, sometido a una cocción que le da dureza.

Baja absorción de agua: Está diseñado para tener una baja absorción de humedad, lo que le confiere mayor durabilidad y resistencia a las heladas.

Acabado final: No requiere revestimientos adicionales, como estuco o pintura, lo que reduce costos de mantenimiento.

Proceso Constructivo con Ladrillo Caravista:

Preparación del terreno y cimientos:

Como en cualquier construcción de muros, es necesario tener una base firme y cimientos adecuados. Dependiendo del tipo de estructura y del terreno, se realiza la excavación y se construyen los cimientos.

Alineación y replanteo:

Se replantea el área en donde se va a colocar el muro de ladrillo caravista, utilizando cuerdas y niveles para asegurar una correcta alineación horizontal y vertical.

Selección del ladrillo:

Se seleccionan los ladrillos caravista, asegurándose de que todos tengan un color y textura uniforme para garantizar la estética de la fachada.

Preparación del mortero:

Se utiliza un mortero de buena calidad para asegurar una correcta adherencia. Generalmente, se emplea una mezcla de cemento, cal y arena en proporciones adecuadas, o mortero prefabricado específico para ladrillos caravista.

Es fundamental que la mezcla tenga la consistencia adecuada, no demasiado líquida ni muy seca, para evitar problemas de adherencia o fisuras posteriores.

Colocación de ladrillos:

Los ladrillos se colocan uno a uno, comenzando desde las esquinas y siguiendo las líneas de referencia.

El uso de una llaga (espacio entre ladrillos) uniforme es clave para lograr un acabado estético, generalmente con un grosor de entre 10 y 12 mm. Se utiliza una cuerda guía para mantener el nivel entre los ladrillos.

Se va aplicando mortero en las juntas horizontales y verticales, presionando el ladrillo para que se adhiera correctamente.

Limpieza durante la construcción:

Es importante limpiar el exceso de mortero en cada fila de ladrillos a medida que se avanza, evitando que el mortero se seque en la cara del ladrillo, lo que puede afectar su estética.

El uso de una esponja húmeda o una brocha puede ser útil para mantener las juntas limpias y definidas.

Refuerzo del muro:

Dependiendo de la altura y tipo de muro, se puede incorporar refuerzo metálico o “tendones” de acero entre las capas de ladrillo para mejorar la resistencia estructural. Estos refuerzos ayudan a evitar grietas o problemas derivados de movimientos en la estructura.

Acabado de las juntas:

Una vez que el ladrillo está colocado, se trabaja en el acabado de las juntas, que pueden ser enrasadas (niveladas con la superficie del ladrillo), rehundidas o rasadas (hundidas para dar mayor relieve al ladrillo). Este proceso se realiza cuando el mortero ha comenzado a endurecer, pero no está completamente seco.

También se pueden usar acabados lisos o texturizados según el diseño deseado.

Curado del mortero:

El mortero debe curarse adecuadamente para garantizar la durabilidad del muro. Esto incluye mantener el muro húmedo durante los primeros días, especialmente en climas cálidos, para evitar fisuras prematuras.

Limpieza final y protección:

Una vez terminado el muro, se realiza una limpieza final del ladrillo, eliminando cualquier residuo de mortero o polvo.

En algunas ocasiones, se aplica un sellador o protector hidrofugante para evitar la penetración de agua o manchas futuras, manteniendo la estética del muro por más tiempo.

Consideraciones adicionales:

Mantenimiento: Aunque el ladrillo caravista es duradero y resistente, puede requerir limpiezas periódicas para mantener su aspecto. Los productos de limpieza especializados para ladrillos suelen usarse para eliminar manchas o suciedad.

Clima: En zonas con mucha humedad o lluvias intensas, puede ser necesario aplicar un tratamiento hidrofugante para mejorar la resistencia a la absorción de agua.

El ladrillo caravista combina funcionalidad con estética, siendo una opción preferida en muchas edificaciones donde se busca durabilidad y un acabado natural y elegante.

Fuente: Construproductos